Soy enfermera, para mí, la mejor profesión del mundo. ¿Por qué?; realmente no lo sé; sólo sé que es una gran satisfacción ser el profesional que cuida al individuo cuando éste se encuentra en la situación más vulnerable en la que puede estar cualquiera, que es la enfermedad.

Soy enfermera y mi deber es estar a pie de cama de los pacientes 24 horas al día los 365 días del año. Tengo un turno rotatorio en el cual realizo entre 60 y 70 noches al año; libro, en el mejor de los casos, dos fines de semana al mes; trabajo la Nochebuena y la Nochevieja, según me toca y si hay incidencias me quitan los libres. Éstas son algunas de las peculiaridades de mi profesión. Las acepto, pero lo que no puedo aceptar es oír por parte de “algunos” que somos unos privilegiados.

Soy enfermera y además empleado público, ¿tengo que pedir perdón por ello? Ahora que estamos en una situación difícil parece que tengamos la culpa de todos los males de este país. Los políticos se permiten el lujo de decidir que bajan mi sueldo, que me aumentan la jornada, que me suben el IRPF, que me quitan la mejora de IT, que no se cubren las bajas, que no se hacen contrataciones… y a los profesionales, ¿quién nos pregunta?

Además de prestar mis cuidados a los pacientes, creo que estoy obligada a cuidar la sanidad y mantenerla tal y como la entendemos hasta ahora, es decir, universal, púbica y gratuita. Dicen que tenemos la mejor sanidad del mundo; digo yo que algo tendrán que ver en ello los profesionales que la sustentan.

Laura de la Calle, enfermera

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