Los sindicatos del hospital de Cruces, han  trasladado a la cámara vasca, los más de diez mil mensajes de queja  y preocupación de pacientes, familiares y profesionales,  recogidos en el punto de encuentro- topagune  contra los recortes, que durante estos meses ha permanecido en el hall del centro. “Son diez mil ciudadanos y ciudadanas que muestran su preocupación, por unos recortes que ponen en riesgo el sistema vasco de salud y la calidad de la asistencia sanitaria “, han explicado las centrales sindicales.

“Exigimos al Consejero, Jon Darpón que escuche a la gente y a los profesionales para que sepa lo que pasa y las consecuencias de las medidas que toman en los despachos”. A petición del grupo parlamentario socialista, ayer día 25 de junio, las organizaciones sindicales presentaban estas “diez mil razones” en la Comisión de Sanidad del parlamento.

En su intervención, los sindicatos han acusado al Consejero de “hablar de daños colaterales mínimos por los recortes en Osakidetza”. “No quiere saber nada de las consecuencias que tiene el aumento de jornada y la perdida de días de los trabajadores y trabajadoras, que conlleva la destrucción de numerosos puestos de trabajo estables, y miles de eventuales “, han afirmado.

“Además de nuestra carga de trabajo, los profesionales tenemos que asumir las tareas de  compañeras que no están, porque ha cogido una baja de enfermedad o ha solicitado una licencia. Una vuelta por las unidades le vendría bien al  Señor Consejero para que viera que las plantillas están ya demasiado ajustadas, como para permitirse el lujo de no cubrir con contratación las ausencias”, han denunciado.

Cierre de camas

El cierre de camas en el Hospital de Cruces -más de 200 camas en semana santa, navidad y verano- incrementa las listas de espera y provoca una permanente saturación y hacinamiento de las Urgencias hospitalarias que se ven obligados a atender a los enfermos en los pasillos. “Para muestra un botón, el 25 de junio el colapso de las Urgencias era total con 7 enfermos en los pasillos a las 14 horas”, explican las organizaciones sindicales.

“El mayor índice de enfermos desplazados, que no son atendidos en la unidad correspondiente a su patología,   son fruto de políticas que solo buscan el ahorro económico a costa del deterioro de la calidad asistencial, al ser atendidos por profesionales no especializados”, afirmaban.

La falta de contratación para cubrir una baja de enfermedad o una licencia convierte en un hecho habitual que en las unidades del hospital, se trabaje con menos dotación que la plantilla estructural. Un déficit de personal que, para los sindicatos,  hace que aumenten las cargas y ritmos de trabajo, dificultando un trato adecuado al enfermo e incrementa el riesgo de  errores profesionales.

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