En concreto, a partir del 28 de septiembre se cerrarán las plantas de Neurología y Neurocirugía, así como cuatro camas de Oftalmología del Hospital Río Hortega vallisoletano y sus pacientes serán repartidos por las plantas de Digestivo y Medicina Interna del citado hospital.

SATSE denuncia las graves implicaciones que esta decisión tiene para la asistencia que se presta a la población, así como por el argumento utilizado para su cierre -que no hay presupuesto para mantenerlas abiertas- ya que significa que se está desmantelando progresivamente el sistema público de salud tal como lo hemos conocido hasta ahora.

Además, decisiones como ésta van a tener una repercusión negativa directa sobre la calidad asistencial que se presta. Así, la población debe saber que los pacientes de Neurocirugía habían sido ubicados en una planta separada debido a que cuentan con riesgo elevado de infecciones postoperatorias y requieren de ese aislamiento, mientras que ahora, las necesidades presupuestarias obligan a que vayan a plantas como las de Medicina Interna y Digestivo. Esto supone un claro retroceso en la asistencia sanitaria, que contradice afirmaciones como las del consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, que por activa y por pasiva repite que los recortes no van a incidir en la calidad asistencial.

SATSE critica además que mientras no hay presupuesto para mantener plantas que estaban previamente en funcionamiento, sí se han derrochado y se siguen derrochando millones de euros del sistema público para conciertos con la sanidad privada. Así acaba de suceder hace unos días, cuando el Sindicato de Enfermería denunció la publicación en Bocyl de la licitación, por más de 1,3 millones de euros, de dos conciertos para procedimientos quirúrgicos sólo en la provincia de León.

Además, este Sindicato también critica que los responsables de la Consejería de Sanidad y de Sacyl hagan afirmaciones sobre que los recortes van encaminados a aumentar la eficiencia del sistema público, cuando esa eficiencia no se logra cerrando plantas sino con una mejor gestión y SATSE les recuerda los 188 millones de euros de agujero económico que se han generado sólo en el Hospital Clínico de Salamanca, según una auditoría de la Consejería de Hacienda de Castilla y León, y debidos a una mala gestión.

Esta medida se suma a otros cierres que se han venido produciendo en los hospitales de la Comunidad autónoma y que demuestran ese desmantelamiento progresivo de la sanidad pública que está llevando a cabo la Junta de Castilla y León. Así, por ejemplo, la planta de Cirugía del Hospital Comarcal de Medina de Campo, que se cerró el pasado mes de junio seguirá cerrada tras el verano.

Otra de las denuncias que SATSE efectúa es que todos estos cambios se están produciendo con una absoluta falta de información hacia los trabajadores de Sacyl, que se enteran de los mismos prácticamente en el momento de producirse, pese a que también tienen consecuencias sobre las condiciones laborales del personal sanitario, así como de espaldas a los ciudadanos.