Andar, correr o un abrazo pueden provocar heridas a quienes padecen epidermólisis bullosa, más conocida como «piel de mariposa» por la similitud de delicadeza de la piel de quien la padece con las alas de una mariposa. No tiene cura pero sí tratamiento, ya que las heridas requieren curas diarias, durante toda la vida. Ahí es clave la atención y los cuidados de los profesionales de enfermería como Álvaro Villar, enfermero en la Asociación Debra – Piel de Mariposa.

Él nos cuenta su labor divulgativa y de mejora de las condiciones de vida de las personas afectadas por enfermedades raras como la piel de mariposa. Álvaro nos ayuda a ponernos en su piel #YoVendoMiCuerpo

Aquí tenéis el vídeo: