Enfermería: profesión y rol de género


Publicado el 11/12/2020, en Actualidad. Sin comentarios

Enfermería: profesión y rol de género

Cuando estudié enfermería, nos hablaban del concepto de la doble presencia femenina en la sociedad, tras la incorporación de la mujer en el mercado laboral. Vamos, que tenía que trabajar y además hacerse cargo del cuidado de sus seres queridos, tareas domésticas incluidas; para volverse loca. Lo podrían haber denominado «la presencia total femenina».

Hoy, en 2020 y 20 años después de descubrir este concepto, sigo analizando con detenimiento los roles sociales, ligados al género, porque considero que son un determinante de salud.

En Estados Unidos, tienen leyes que protegen a la ciudadanía de actuaciones racistas, pero sabemos que no por ello se ha acabado con el racismo.

Con la cultura machista, pasa algo similar. Se implementan leyes que pretenden eliminar la brecha en derechos entre hombres y mujeres, pero no por ello se consigue eliminar el machismo. Estamos enculturizados en el machismo y eso no hay ley que lo cambie de la noche al día.

La mujer, en su rol femenino, siempre ha ido ligada a actitudes de colaboración, cooperación, comprensión, obediencia, laboriosidad, cuidado de los demás… Conceptos, que si es usted enfermera (tanto si es hombre como mujer) le serán familiares, porque se le han otorgado como una serie de aptitudes para ser una buena profesional. Claro está, el rol de cuidar siempre se ha ligado a la feminidad y la Enfermería es una profesión feminizada. Machismo sobre machismo, me vuelve a venir el concepto de la doble carga femenina otra vez a la cabeza.

La Enfermería hoy por hoy, y tras los esfuerzos de muchos años (doble presencia incluida) de millones de enfermeras, es una profesión de formación universitaria, con competencias y campo de conocimiento propios; considerada arte y ciencia. No por eso, las enfermeras disfrutan de la autonomía y consideración que debieran. Como bien sabéis, los problemas de salud son multifactoriales y el abordaje debe se multidisciplinar, hay que trabajar en equipo. Por desgracia, en los equipos de trabajo existen roles ligados al género. Por ejemplo, la medicina es una profesión que siempre ha sido masculina y se ha enculturizado en ese rol de actitud dominante, por mucho que ahora trabajen mayoritariamente mujeres. Y la Enfermería sigue en su rol ligado a la feminidad de obediencia y colaboración: el médico ordena y la enfermera obedece; un clásico.

Muchos son los equipos de trabajo, que han identificado este problema y trabajan codo con codo para que todos sus miembros ejerzan su profesión en plenas facultades, sin actitudes dominantes, favoreciendo la autorresponsabilidad del profesional sobre su ejercicio, enriqueciendo en conocimientos al resto de sus compañeros y compañeras y así aumentando la efectividad y calidad asistencial. Desgraciadamente no es así en todos los centros de trabajo.

Tampoco favorece que el salario también esté ligado a ese rol femenino. Una enfermera tiene un mínimo de formación de Grado Universitario. Por ejemplo, la Psicología es un Grado universitario, igual que la Enfermería. Esta carrera antes de la reforma del Plan de Bolonia era de 5 años y como bien sabéis, actualmente todas las carreras son de 4 años, excepto Medicina, Odontología y Veterinaria, entre otras.

Históricamente la Psicología ha sido una carrera desarrollada por hombres, por tanto, ligada al rol masculino. Hoy en día y pese a que los años de formación universitaria son los mismos, la Enfermera cobra menos que un Psicólogo. Le podrán decir que esto es porque no han adecuado el salario de las enfermeras al Grado universitario de 4 años, pero llevamos una década con esta situación y los gestores se niegan a arreglar esta brecha salarial, por una cuestión, en su esencia, puramente machista.

En resumen, queda mucho trabajo por hacer, pero que no la confundan, usted ejerce una profesión ligada a la feminidad y cualquier discriminación que reciba no dude de que se trata de un acto machista, y por lo tanto un acto violento que se debería erradicar.

Ivan Martínez Moya

Infermer de Familia i Comunitària

CAP Sant Llàtzer, Terrassa





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