Durante el verano, en piscinas y playas, los enfermeros realizan principalmente una labor preventiva y educativa para evitar ahogamientos y golpes de calor. El 80 por ciento de los casos que atienden son picaduras o heridas pero siempre están preparados para casos más graves como una parada cardiaca o un infarto. En estos casos el trabajo en equipo es crucial.

Los enfermeros que trabajan en piscinas y playas tienen los conocimientos y están preparados para actuar con la mayor rapidez posible en todos los casos. Reaccionar en un tiempo determinado a lo que le está pasando al paciente marca la diferencia entre salvarle la vida o crearle unas secuelas que se podían haber evitado.

Los ciudadanos son cada vez más conscientes de que los enfermeros velan por su salud también en verano y que les pueden salvar la vida, incluso en vacaciones.

Alejandro Blanco es enfermero en las piscinas de la Universidad Complutense de Madrid desde hace 14 años, en este vídeo nos cuenta su experiencia: